El fucus es un género de algas marinas pardas, comúnmente llamado sargazo, que se encuentra en aguas frías y templadas del hemisferio norte en las costas atlánticas. Conocido por sus pequeñas vesículas de aire a modo de flotadores (de ahí su nombre común Fucus vesiculosus), el fucus es rico en polisacáridos como el ácido algínico, fucoidina, minerales como el yodo, y otros nutrientes. Se ha utilizado en la medicina tradicional por sus propiedades para la salud tiroidea, como suplemento dietético y, a nivel tópico, por sus beneficios para la elasticidad de la piel.
Usos principales
Control de peso: El alga fucus se hincha al contacto con el agua, lo que genera una sensación de saciedad que ayuda a reducir el apetito, siendo un complemento en dietas bajas en calorías.
Estreñimiento: Sus mucílagos actúan como un laxante mecánico, aumentando el volumen de las heces y facilitando su evacuación.
Función tiroidea: Es una fuente natural de yodo, un mineral esencial para el buen funcionamiento de la glándula tiroides y el metabolismo energético.
Cuidado de la piel: En cosmética, se usa por sus propiedades reafirmantes y anticelulíticas, estimula la producción de colágeno y mejora la elasticidad y microcirculación de la piel.
Precauciones
No debe consumirse simultáneamente: con medicamentos o suplementos que contengan yodo, hormonas tiroideas o agentes antitiroideos, ya que podría alterar los niveles de la hormona estimulante de la tiroides.
Está contraindicado durante el embarazo, la lactancia y en niños.
Personas con hipertiroidismo, hipertensión arterial o cardiopatías deben evitar su consumo debido a su alto contenido de yodo.